El beso es el acto de tocar algo con los labios, generalmente a otra persona. Es una práctica habitual entre los humanos, también presente en otros primates y en otros órdenes de animales.
En los humanos el beso se utiliza en diferentes culturas como signo
de afecto, al encontrarse o despedirse de una persona. Es también parte
importante de los ritos de cortejo y apareamiento en los primates.
Existe documentación científica que demuestra los beneficios de besar
a otra persona. Por ejemplo, estimula la parte del cerebro que libera oxitocina en el flujo sanguíneo, creando una sensación de bienestar. La oxitocina es una hormona que influye en funciones básicas como enamorarse, orgasmo, parto y amamantamiento, está asociada con la afectividad, la ternura y el acto de tocar. Los besos apasionados provocan la liberación de adrenalina en la sangre, la que a su vez aumenta el ritmo cardíaco, la tensión arterial y el nivel de glucosa en la sangre.[1]
Expertos de la organización británica Relate aseguran que besar a su pareja es el mejor antídoto contra la depresión y una excelente forma de mejorar la salud y conminan a las personas a besar más